sábado, 10 de diciembre de 2011

Heideggerianas, parte 2





Revista Hola PR / De los Tipos folclóricos de Pepino / Hola PR / Indice / Heideggerianas / Heideggerianas / Heideggerianas / En Geocities / Heideggerianas / Primera Parte / 3 /

Indice / Parte Uno
Parte Dos: Herramientas hermenéuticas

El preguntante
Lenguaje y palabra
La pubertad de la palabra
La palabra mágica y poética
La palabra que no baila con cualquiera
La palabra malvestida
La boca
Láctame
Convocatoria al Decir Inicial
Transpropiación del Acontecer / Ereignis
Historicidad del Dasein enardecido
La provocadora o del impulso primordial
El invocador
El invocador y el momento primordial
El invocador, visionario de la deuda
El primer zorro atento
Zorro viejo
La zorra del Sí Mismo
Zu-sein / Habérselas
Posesión de la zorra
Bendición de la zorreada
¡Qué enfermo está mi ser-ahí!
Descripción del padecer
La angustia no viene a maldecirte
El ser robado
Extasen / Extasis
Me gustan las beguinas
Las ninfas de Magdeburgo
Así trovo el amor de las beguinas
Excluida del habla
El hombre profundo
La soliitud del Decaer
Platghalter / Lugarteniente
Abuelo bueno
El Abuelo Aióon
Aióon /
Destino del Ser
Zorro fecundo, pez de fuego
Para tejer existencialidad
Lamia y el Estado
Materialidad / Sachheit
Primacía de las manos
Ontología dopaminal
La selva oscura: la erranza
Estoicismo verdadero
Zozobra, temor
El culto al terror
El Inestante
Zuhandenheit
Carroña en los campos de Gestell

* * *

Parte Dos:
Herramientas hermenéuticas


El preguntante


El preguntar inicial no responde nunca él mismo. A él sólo le queda el pensar que concierta al hombre con el escuchar la voz del ser y lo vuelve dispuestos a guardar la verdad del ser: Martin Heidegger
Para más querer, yo soy
el preguntante del te quiero.
Voy a lo más perspícuo del corazón
y no a los labios.

A dientes, voz fuera, todas las palabras gritan.
Son polvorientas. Son como útiles viejos y heredados:
Nur-so-hinfragen.

Acá, con corazón,
el olor de ser propio siempre duele.
Impregna cada verbo, interpela sin cesar
a los sordos oídos de las cosas
y se odia en ellos y muere.

Para querer ... pregunto
herido como perro.
Ladro a la noche expresa de la luz.

He sido estremecido con pedradas
en el ahí que me solve
y sobrevivo manifiesto, real y atribulado.

Para más querer, te investigo,
corazón, antes del habla
y de toda conceptuabilidad.

6-1-1976

Lenguaje y palabra

El hombre tiene lenguaje porque el lenguaje se origina en la palabra, pero la palabra, como el Decir del Ser, tiene el hombre, es decir, lo afiata en su destinación. Lo a-fiatante es la voz del Ser, que no se disipa en rumor, sino que se acalla en la queda (Stille) de la remisión del Ser a su verdad: Martin Heidegger
La palabra es relámpago.
Ilumina el cimiento de la Tierra
y cada trueno es el tambor
del latido universal y poderoso.

En el misterio, hay sed y pálpitos
y pulso que vibra en las arterias
de cada árbol y bestia
y pájaro y lagarto
y en todo, pálpito, sed, ahí oculto,
nuestro canto está misteriosamente dicho
como Decir del Ser, en la queda y velamiento.

Toda imagen su color ya tiene
aunque no sea visible...
sabor, olfato y el rostro
a toda visión, sabemos
y el aroma que la alborada esparce,
sabido y percibido es
como humedad en sangre.

Antología

La pubertad de la palabra

Cuando el bagaje del Don Nadie se objetiva,
interino en las expectativas, el Nabî canta
y ahí-es... hecho canción de cuna,
beso y cuidado de la Tierra Madre,
seno mártir y hacendoso,
dulce e infinito;
ahí estuvo su poema,
maternal arrullo,
escribiéndose en despedida
porque el Ser va cerrando
sus años de epistemología
al llegar la pubertad de la palabra.

7-17-1992


La palabra mágica y poética

La poesía se sitúa no en el orden de la repetición sino del acontecimiento. Implica una renovación del lenguaje que a, su turno, significa una (re)creación de la realidad»: Gonzalo Portocarrero
El habla cotidiana hace a muchos mudos, sordos, caducables.
El lenguaje a veces es vacío. Llena los ojos
con letras, atasca los oídos con sonidos, da señales
que jamás obedeces. Es un desgaste
de tiempo y de retornos que al alma nada llevan.
Poco nutren.

Por el contrario, la palabra huye
de la esclavitud del referente.
Se desata del concepto puramente figurativo
de los signos; se desafana de las mentalidades
que son ruido y jeringoza de la tradición
metafísico-representativa.

A su vez, la palabra siempre es un milagro.
Es un pezón lactativo. Es una coincidencia mágica.
Te abre, te sorprende, te interseca y te percibes
por ella nombrado, conocido, interactuante.

Una palabra tiene que ser un abrazo,
solícita convocatoria de un espejo,
un verte-siendo-uno-con-otro.
Ante la palabra nunca te sientes mudo,
nunca de te sientes sordo. Tú con ella aconteces.

Ella mata las soledades y te muestra un tañido
y, a lo lejos, una voz de campanario
y un refugio y un hallazgo y una compañía.

Así son las palabras cuando son significados esenciales
y no sólo nexos entre cosas. Encadenamientos.
Así los poemas, verbos en el otero de la visión fundante
donde la voz se vuelve obra y el mundo existe
antes que las cosas, burdas cosas del habla
y las designaciones, posdichas con desprecio del Ser.

«Lo que dura lo fundan los poetas»: ser-lenguaje,
¿no es cierto, Hölderin? Y el ser no es otra cosa
que su darse cuando el evento, del ser y del lenguaje,
es uno sólo y sincero, recíproco, unitario.

3-12-2002

La palabra que no baila con cualquiera

A veces, la palabra es verazmente inconmovible
como el amor que no cuaja,
como el deseo que queda insatisfecho
y la caprichosa fiera, jactanciosa, que se burla.

Oíd que la palabra no baila con cualquiera.
Este es su día de rabieta femenina,
su Luna, su pantano de escorpiones,
su cumbre de cabrita cabrona.

Consigo baila.
Ella misma se besa,
se corrompe a solas con su narcismo,
y se desplaza con trámite de nóumeno
como perversa coqueta del lirismo.

Una palabra,
para ser lo que es,
se espía desnuda sus tropos,
lexémicos romances de su ombligo,
sus curvas y caderas
de sibarita fonológica
ante el gran espejo de la mundanidad.

*

La palabra malvestida

La palabra malvestida, descobijada y útil,
por las calles retuvo su interpretatividad.
Sus necesidades satisfizo a la luz del día
y tuvo un hijo, nonato, malnacido
y, en complicidad de largas noches, se pudrió.

El poeta, sin embargo, odió el pan endurecido,
y el alimento que supo a cicatrices.
Así que lavó la sarna en cada mañana
y se distanció de quien vivió en la sombra,
urdiendo temporizaciones.

El poeta se cosió una camisa de fuerza
porque dijeron que estaba loco
y su vida, chingada, con sus perros huesos
y se dijo que, en la marginalidad de la ballena,
vivió como gusano
y apestoso cocodrilo
y, por ser tan flaco lagartijo,
lo aplaudió la lástima.

El transitó voluntariamente
por abismos de solutos alborotados
y buscó de la percha ajena
la corbata color rosa
y se enfrentó al putísimo auditorio lastimero
y se ahorcó, amarrándose del tronco de la luna
con el cordel de deseo que tuvo a mano.

¡Qué bueno, qué ejemplar!
Ya no hiede ni es flaco ni incomoda
ni anda callejeramente en el conjunto.

09-01-1990

La boca

Antes que los brazos fue la boca viva,
el agujero nutricio, la semilla inmantada.
La boca muda ha comido siempre,
ha sido ahí, antes que las piernas y el camino.

Las palabras empujaron el rechazo.
Las palabras no dieron alimento.
Había una boca, militante boca, para hacerlo,
escupitajos de entes, aún no verbales.

Besos de lengua, salivoso contacto.
La boca que elegía en mordiscos
su lenguaje de semillas y bellotas.

Una boca había que se obsequia
como pedacito ajeno y es lanza, red,
gesto de marengos,
algo esperado esa boca,
proyecto, avisos y contra-avisos,
semillas de indispensable servicio.

El ser de la cosecha muerde desde el ansia
y la triple primacía de su empresa
es el sentirse vivo ante lo óntico,
rumiante en el espacio.

6-14-1976

*

Láctame

Láctame con un canto sonoro,
desde un-pro-de vitamina.
Estoy sediento de agua y raíces por tu causa
Mi esperanza es que me unjas
con fluídos de significaciones.
Los conceptos son leche.
Aproxima ese pezón maravilloso.
Larga ha sido la actividad generalizada
del entendimiento; pero habla tú.
Házlo de tal modo que yo sepa
que comunicas para mí
primariamente y en total.

2-9-1993

Convocatoria al Decir Inicial

El poetizar es el Pre-Decir [die Vor-sage], el Decir inicial, que acontece en propiedad como el favor de aquello que no es hecho y que no puede ser calculado a partir de lo meramente presente y lo efectivo. El poetizar es el favor pre-diciente de la guardiana de lo sagrado... y por eso le pertenece lo despejador-proyectante de la fantasía: Martin Heidegger
Si la voz callara y se uniera a los rumores de esos Nadie,
el trayecto de esos mudos que se tienden
falsamente perceptibles
como anillos siderales y siluetas,
metáforas latentes, orbitantes,
iríamos al colapso, volátiles, suicidas
sin que quedara en nuestro paso
la primitiva prisa y hermosura.

El ser no sería dicho. No sería decible.
A la verdad no iríamos remitidos.
No seríamos acallados en la Vela ni la gracia inicial
de aquello que nos da las significaciones
y nos obsequia la comprensión integral
del Tiempo, el éxtasis, sus posibilidades.

En cambio, mi anhelo es la música escondida
que todavía no es canción en la boca del mundo,
pero que lo será porque somos shamanes
con fantasía y en las profundas playas
(donde aún no llegan los peces perdidos)
lanzamos la red de la convocatoria.

1-8-1991


Transpropiación del Acontecer / Ereignis

La esperanza es la mayor y la más difícil de las victorias que un hombre puede lograr frente a su espíritu: George Bernanos
Hay una posibilidad de levantarse cuando ya estás caído, Carlos.
Dále a la historia un sentido. No mates la fe porque te mueres.
No digas no hay verdad, porque te matan y te tiran de nuevo.

Construye tu propio Acontecer, la mutua dimensión
de tu ser y el futuro. Dí: «Soy posible».
Hurga el pasado. Decide en el presente;
pero que sean tus tiempos infinitos
como el mismísimo espacio,
como expansivo es el cosmos.

2. No hay casa de luto eterno

Bástate la nidada de quien te llamó pájaro negro.
Casa del luto eterno. Un sólo ultraje al ser.
Una sola caída. No aguantes más que el Dasein
no ha de estar caído por siempre.
No será tu hallazgo el aterrado afán de esclavitud,
y culpa y sufrimiento y muerte.

La situación-límite que no vuelva
a definirte como determinismo,
que no ofrezca las cifras de finitud de nuestro ser,
porque vas a llamarlas mentiras desde ahora;
declinación, extrañamiento, objetivación fría del mundo,
desalojo de tu propia revelación infinita.

3. Enlazar lo Otro

Ahora es el día, Carlos: vas a ligar al verdadero Uno,
a saber-hacerte un recurso ante el silencio eterno
de los espacios insomnes. Lo infinito.
Te enlazarás con lo Otro, con la alteridad,
con lo heterogéneo al sentido.

Vas a examinar la señal advertida de lo real,
vas a escupir sobre la angustia
en nombre del Reposo.

Vas a sondear la muerte e interrogarla
o quedarte con la misma incondicionalidad
con que nacíste. Llorón de la Nada.

4. Vida tras la puerta de la muerte

Defínete un ser-en en el que seas
ser-en-la muerte... mas buscarás la vida.
Identifica el Objeto que a la muerte se anuncia
como angustia, hambre de ser y penuria...
que el Amo te da como cuerpo lloroso de pulsiones;
pero díle: «Yo no soy él,
estoy en tus espacios de dominio
allí donde el realismo me tira como un moco,
pero yo no soy él; mi cuerpo es otro ente».

No el Uno de la excepción que funda la estructura.
No el Uno del discurso que me niega el ser previo,
para darse a tí como Uno producido.
donde tu pie me holla
en el horizonte de lo paralizante.

5. Esclarecer la angostura y finitud

Oye el dictum: el realista vulgar es el Amo
y vive por el No y discursa la nihilidad de lo posible
y su carácter aniquilador en cuanto tal... pero tú dí,
Carlos, el Si Es Posible, puedo el SI
pues me levanto y ando no como Nada que anonada,
no como el Sujeto que se castra a sí mismo
y declina su ideal cuando se niega al otro.

He aquí que tú, Carlos, eres el terco que declaras
el ser-ahí es el tiempo que tempora,
pero que puede, al final,
matar el falso ego en los infiernos,
esclareciendo su angostura y finitud
para el rascate del ser y sus cimientos.

He aquí el que oye el Amo
que induce a que digamos, como Kierkegaard:
«Lo que yo soy es una nada»; pero, yo sí
me quemaré en holocausto.

6. No eres un objeto más

Tú no eres un objeto más, Carlos.
Eres la dignidad de la energía, el preguntante,
el creador del Ereignis: forjas el Acontecer
y lo transpropias. Cree tu grandeza, sé el poeta.

Llénate de fuego como si la zarza del monte
te consumiera por dentro, sé profeta.
Cede el Espíritu como un ente que al Otro
reconstruye muchos tiempos.
Hay muchos tiempos, Carlos, aunque no sean
los tiempos absolutos ni los seres perfectos.

No promociones la impostura ni autorices trampolines
para plegarse ante el Amo y hacerlo más Verdugo.
No busques ad perpetuum el placer primario
ni la neurosis universal de falsos templos.

Cura, cuida, preocúpate, Dios es la Sorge del estar
con terco grito, vivo desde los huesos, en fe incondicional
por este Ser que lame el tiempo y transpropa aconteceres.

La historia es emergente, promisoria,
porque no es en la nada ontológica ni la duda absoluta
ni es el regreso de viejos dioses que son
la modalidad de una neurosis, obseso-compulsiva,
inducida socialmente a privar a los otros de su goce.

7. Tu «Sorge» / cuidado

El futuro se vale. Dáte el futuro como quien pide
su valor de plusvalía, su vocación
para las buenas pulsiones y su erotismo puro.

Aunque nada sepas del haberte-sido,
dáte cualquier cosa que sea como la fe,
tuya, propia, digna de tu «Sorge» / cuidado.

Dáte la ruta para volver a mirar a los cinco rostros
los Partzufim, en las esferas y las fuerzas de lo Vivo,
del bosque y los árboles, en el reino manifiesto.

Dáte del Uno que preexiste, pero combate
al que produce al Amo y su discurso del inconsciente,
histérico, insatisfecho, privado
por causa de renuncias y de oprobios.

8. Ser-ahí, relativístico, frágil

No hay en este campo un tiempo absoluto.
Ni hay en el otero una simultaneidad que no atempore.
Lo que hay es esta zarza de estructura contíinua
que desmiente los sistemas absolutos
(déspotas referencialidades en la Naturaleza).

Lo que hay es el ser-ahí, relativístico, frágil
en su posibilidad más extrema de ser
y es por ello que niega el tiempo y los vacíos absolutos.
No los quiere... Tú no los quieras.

No existe ningún medio universal que lo abarque todo.
Lo que hay es la atracción que te unifica, Angustia.
Lo que hay es repulsión que te da nombre, Carlos.

Esta materia es magnitud dinámica, continuidad
que se quema y se divide en tu zarza, corazón mío.
Este ser-ahí te ha reclamado
como forma objetiva y real de sufrimiento,
no como inextensión de la sustancia,
no como una Nada que calcina para siempre.

En un punto del tiempo, la entropía da medida.
Se nivela la temperatura del dolor
y el medio que la recibe y aguanta.

9. Lo contínuo y discontínuo es unidad orgánica

Este ser ahí te dice: «Existe, embrión».
Te conmina: «Gusano de Jacob, mueve las nalgas».
Estructura contínua tiene tu materia.
Lo contínuo y discontínuo es unidad orgánica
y el movimiento es la esencia del espacio
y el tiempo carece de sentido.

Existen muchos tiempos y son formas universales
de la existencia de ser-ahí que te conmueve.
En la existencia general del mundo, Carlos,
el tiempo es también irreversible.
Se dispersa el calor y se nivela todo.

No habrá muerte calórica: con el dolor nivelado
se fabrica el espíritu, la consciencia progresiva
del gozo y el Trabajo.

*

Historicidad del Dasein enardecido

Lo que tiene historia hace historia y determina en el presente un porvenir: Martin Heidegger
No se puede escapar a la historia
que reviene deyectándose.
El que viene con garrote de profeta
para temporar el ser-ahí
con el hoy efectivo del ahora
y la conexión vital de lo todavía manifiesto,
irrumpe hasta al conexo de acción
con sus copas de destino,
pero no cante victoria quien habla
sobre pasados muertos
y revoca lo que repercute
en el hoy, lleno de miedo.

No se jacte el que predica el progreso
y la réplica de la posibilidad.
Hay un destino con-los-otros
y con el propio Dasein enardecido.

*

La provocadora o del impulso primordial

El amor, asociación originaria,
(tu impulso primordial, Urassoziation)
en mi presente viviente se estructura,
me circunda, me da su cercanía,
pero el enlace se aleja, me desgarra
con sus datos sensibles, protoimpresionales.

Es que la provocadora es bella.
Me retiene cuando no lo quiero. Conspira.
Contra tí se apalabra, evocable enamorada,
mi primera fuente, con quien me baño
desnudo, con la que salgo de mí,
del Yo engañoso, sin lealtad escondida.

Detrás de un árbol, quien está vestida,
espiona, provocante, vela, se esconde,
y con qué pretensiones... no sé.
Quizás que te deje y sea ella.
En el horizonte de simultaneidades
se aparece, queriendo suplantarte,
Amada mía, tensándome
en penumbras de sucesión y pérdida.
Haciéndose tan arduo que yo elija,
contrastando el trasfondo,
dIsasociándome en el ansia
de tu rememoración.

*

El invocador

El dolor es lo que invoca. En el son del silencio, en el desgarro de su simplicidad, el dolor es el silencio mismo: Martin Heidegger
Todo lo que aprendemos es recuerdo.
Aprendí tu memoria. Abrí tu poder sacro, creativo.
Te llamé entre mis ríos, lo extenso, poema lícuo.
padre de lo físico, vientre primario.

Dueles perpetrado como máscara,
carimbo marcado de pez ígneo
en rostro limpio y fugitivo.

En mi trinchera y altar cuando te invoco,
se funda tu época de olvido. En umbrales
de Tu luz, calla la sombra.

Y dueles felizmente.
Mas Léthe regresa, en mostración de su esencia,
alcanza la presencialidad epocal que me habita.
Ella se perdura, se otorga y la admito.

Invoco la concernencia de su Ser, la instancia
con lo mío, en la verdad de su Cuaterna,
el juego libre y sencillo de su aparición,
misterio de su retraimiento.

*

El invocador y el momento primordial

Mi zorro dijo que él sigue el olfato arcaico
oliendo el husmo de este mundo,
que el tiempo existe y es puro presente
(huele a sagrado, a primordial momento),
pero se esconde antes que lo revalorice en pleno.

Y la gran crisis del sujeto enuncia sus verdades
al lado mío; mas no son escenarios iguales.
No asumo ni adquiero lo que ellos; no son tiempos
de mi momento mítico: soy Zorro viejo.

Mi zorro oscila entre el amante pudoroso
y el odiador severo. Esta multiplicidad del mundo
(¡en qué jamón me he metido!) huele rancia
y demasiadas chorreras salen al jamón pudrido.

Son demasiados gusanos. El progreso es prurito.
Y las hienas otorgan sus lamidas. Carne será
que no quiero, hienas del Acontecer que maldigo.

*

El invocador, visionario de la deuda

... en el destino del Ser acontecerá lo súbito, lo decisivo, para que el hombre emprenda el camino de regreso al origen y cómo habitar de regreso al Ser, protegiendo lo Cuadrante en su esencia y morar en la esencia más íntima de su ser: Martin Heidegger
El invocador es tan sólo un adeudado.
Un visionario del peligro. Lo olfateará del todo
en lo dispuesto, se irá de las pocilgas de lo inocuo.

Le trajeron la Razón / la Libertad historicista
y no la ve cuajada con encanto, sino con agonía.
Con Razón fundamentadora, sastres de funcionalismo
más cochino, traicionero y decadente, han cosido
los vestidos a la coersión, el ultraje, la uniformidad
y el totalitarismo. ¡Ya ni compiten por ocultar
el suplantaje, el derroche, el cinismo logificante!

Hienas son con el rostro kantiano,
émulas hobbeanas: lobos somos todos
contra el hombre, técnicos del dominio
y dominio tecnificado del todo.

Y el adeudado, cada vez más cautivo
en el dominio de «a la zorra candilazo»,
irá por el sendero de regreso; van a llamarlo
nuevamente primitivo, bestia arcaica,
primate indeseable y tonto.

*

El primer zorro atento

No es el tiempo de sustratos neuronales
de violencia el que busca quien combate
al Lobo (y lo Temporal) y lobular de su innatismo.
No lo apuesta todo el invocador a los instintos.
Quien invoca sabe del fuego doloroso
y del camino a Sinaí y de Sémele en llamas.

No es tiempo de Moisés y ley logificante
la que alimenta el dolor de las sequías,
las hambrunas, las tormentas, el naufragio
y la peste, cuando implora el zorro obligatorio.

No es el paisaje y su sendero un paraíso.
La miseria que histórica se aúpa
pide que cese el Tiempo que se traga
a sus hijos, uno por uno.
Lo dispuesto también traga los suyos.

... pero nació él, el primer Zorro atento
y la morada en que reside la llamó
Reserva Ontológica del Ser.
Y entonces invocó, dio gracias, predijo
escuchó a las Divinidades, amó a la madre,
Zorra-Léthe... y le pidió Alétheia.

7-30-1982

Zorro viejo

Ni la razón ni la intuición pueden captar cabalmente el ser de lo que se encuentra: Martin Heidegger
Porque, en oscuros corrales de mentira
y, en guaridas del monte,
mi rival hizo ciudades
y perjuró: ¡a la zorra, candilazo!
yo persisto con mi cabeza ancha
y con mi hocico agudo.

Soy un perro salvaje,
aún dueño de mi olfato.

Los entes manifiestos vienen-ante mis ojos
y yo no los persigo; pero a las aves de corral,
con cluecas mañas de Bezug
e hipócritas ardides, referencialidades,
yo sí las cazo, voy por ellas, las espanto,
las muerdo y que se vayan, digo.

Su humo incomoda mis zorreras.
Habitan cerca de mí
y a su aroma nauseabundo
yo detesto.

Tengo las orejas empinadas: ¡soy todo oídos!
y desnudo me deslizo con sigiloso paso
y me sigue la cola más larga que mis patas.

Largo y abundante, mi pelo y con él,
nazareo, nazco, crezco, muero,
¡pero ya son muchos los zorros desollados!

¿Y qué será? que me duele por instinto.
¡Pues que no soy intuitivo, entre otras cosas!
¡Que con dolor y con angustia aprendo!

Y a la gruta del desfiladero llamo geografía
y serme-anticipado en mi avanzar, astucia,
mi gramática parda, lo aprendido.

*

La zorra del Sí Mismo

Porque, en oscuros corrales de mentiras,
me exigieron que sea yo su buen vecino
y adormecieron la zorra del sí mismo,
mi soluto, yendo a desollarla
a mis espaldas, aprendí a desconfiar
de entes a la mano.

El arte circunspecto del rechazo,
a ver en torno al zabulón de los corrales
y andar por el Umwelt de su Matoco,
he aprendido.

El mundo circundante de estos invasores
del estero es mi peligro: falsos e inconstantes
son como el yagrumo.

Necios quieren mis zorrillos,
mansa, mi hembra, crédulas las niñas de mis ojos.
Van a zorrear mi madriguera con sus corrales,
van a canjear mi astucia por razones
y yo persisto con mi cabeza ancha
y con mi hocico agudo.

12-1-1976

*

Zu-sein / Habérselas

Util es todo aquello de lo cual uno se puede servir: Martin Heidegger
Zorrillo tonto, despojado, soy.
Clueco entre nidales y empalizadas
pío, zafacón del tenderal, huérfano perdido,
ser en extravío, cantáro lleno
de todo y nada, en zafariches, muino.

¿Dónde estás, Pastor,
que en descarrío te llamo?
¿Cuál es tu presencia, Zorro viejo,
que en el lenguaje me pierdo, sin sustancia?

Enséñame, Zu-Sein, los quiénes
a que hablo, si soy relativamente
a no sé qué mansedumbre.
El rasero me trajo de narices.

Si el existir es habérselas no existo.
Si encarar es vivir yo estoy agonizando.
Si hacer frente es palpitar, yo estoy inerte
y me apago en el mundo tenebroso de los útiles.

¿Dónde estás entre el Delfín y el Cisne,
dónde te constelas que no te veo
ni en el Sur ni en el Norte?

Zorro viejo, padre del perro bravo,
autor capcioso de la fuga
y rival de las cárceles del mundo,
muéstrame los peces con el cofre de hueso
y sus agallas salvajes y el poderoso escudo?

Díme qué existe debajo del pantano
y cómo se aúlla de rencor
en los desfiladeros.

4-2-1976

*

Posesión de la zorra

Que la necesidad carece de ley,
pues me gustas por necesidad y por ella,
desde ella, contra tí y tus pareceres.

Te zorrearé con colmillos debajo de tu ombligo,
venceré la urdimbrada de tus noches.
Con hocico agudo lameré de tus tetas.

Donde tengas un corral, destenderé
tu cama, rasgaré tus máscaras,
por olor puro de tu aliento,
por sudor sagrado
de tu sangre, vulpeja.

Que la necesidad tiene cara de hereje.
Que huirás de mí, que no querrás aullido
entre los pobres, alarido en soledad
de madriguera, ¡pues, pobre de tí
y tu oropel y tus tesoros de recompensa
en numerata pecunia!
vanas cosas son
si un salvaje te descubre,
que no sea yo,
que preguntaré si me quieres,
que voy a subirme a tus muslos
y tus nalgas hasta que pierdas
el cobre y te delates
salvaje o malnacida
del estero
y el pantano.

13-4-1975

Bendición de la zorreada

Bendita sea la zorra-madre que me parió
y la cautela zorreada que me salva.
Del pantano nutricio me dio su lenguaje.
De sus pisadas de vulpeja, sus verdades
y pezuñas; arcilla de lícuos pezones,
fue mi sustento hasta que mordí
al crecer, pan de mi soluto.

A su gruta en el desfiladero,
su cueva entre malezas, llamé mi casa;
al olor de su pelambre, mi refugio.

Bendito sea el ser salvaje
que me da naturaleza.

Echado en ser mundano me porfío,
me descubro aún lamido por sus besos
y por su lenguaje doy mis alaridos vivamente.

La bicha que me lacta con rugidos me cuida.
Con zarpacillos sin dolama me reprende
según crezco.

Grande como el cosmos es la dependencia
nutricia y lo que la madre instruye
por su hallazgo:
Dasein es posibilidad junto al peligro.

Esta verdad es cimera como cumbre.
Grande porque no cabe en el juicio
y porque la dice la zorra de mis días:
madre-vida-en su totalidad.

3-2-1976

*

¡Qué enfermo está mi ser-ahí!

a Hadewych de Amberes
(begarda nacida hacia 1240),
a Lambert le Bègue

Hasta tartamudo se volvió el Ser
que pide, «bègue» en la vega de lo vivo,
hereje por la palabra chimuela,
agotada de sustancia, pordiosero
y con garrote, malagradecido,
medicante de Bega, curilla
de la Gran Cura / Sorge
y del santo patrón
de Nivelles.

Ahora cuando vamos
en peregrinaje cotidiano
es huyendo que vamos, huyendo
de la Lepra de la Nada,
tosiendo vamos, muy enfermos
pero con odio por la monja
que nos pega su mano
y el trapo con que nos limpie la boca.

Ya no. Ella que no se aproxime
al ser, a ninguno sumergido
en las cosas, que no nos quite el olvido
ni el temor a preguntar qué tengo,
cúal es el mal por el que a todos
enfermeras y begardas vienen
y aspiran a quitarnos
primeraturamente
la vida.

22-6-2001

*

Descripción del padecer

Al describir la herida que me tira
como al ebrio saciado por licor cotidiano,
asaz me tira y encuentra lo que bebo
en el barrio de Stuttgart
y ellas sorprenden mi ser y lo describen:
«Vulnerable esclavo, en pataleo,
uno que apenas se concilia
con su Nada».

Me encuentra y me tira en Roma
la condición de fracaso y de ciego
y las cosas sólo entonces
resbalan, se hunden
en zanjas de mi propia caída.

Y las mujeres del hábito de burda lana
y color crema-beigé son la Nada real
angustia liberadora y Cura / Nodriza /
Cuidado / Begarda autentificadora.

Y saben mi ser «humillado»
y saben sobre mi miedo
de interrogar al ser,
o captar su sentido.

«Mira otro teporocho biológico
al que habrá que brindar atenciones.
Va en tumbos, dando de sui dolor
por la vida y sin saber
de su auténtico estado».

17-2-2001

*

La angustia no viene a maldecirte

Contradictorio y malagradecido es
el enfermo, retozón de mí, que juega a la exiistencia
sin decir: «Gracias, angustia, que me limpias
los ojos para que vea claramente en mí mismo».

Arrogante, nalgón y babieca,
es el enfermo sordo y con morrillos,
en mítan harto de Don Nadie y tan asaz
de inautenticidad que no oye
ni dice: «Gracias, Enfermera,
por limpiar mis oídos habituados
a trivialidad». Es la cerilla mundana
es la que tapa cavidades..

«La angustia no viene a maldecirte»
es lo que dice ella al que anda en extravío
y no encuentra destino ni lo revelante
ni lo revelado
Ella es lo que es para aceptarla
y ser libre en lo que ha dado.
Es cierto que de entrada
lo que parece es vértigo, vacío,
hundimienti del ser, la nada,
pero es sólo la angustia compasiva,
la liberadora y la vieja senda
de beguinajes flamencos.

*

El ser robado

Otros son quienes roban el infinito
del existencializarse, o dejan destartalado
como a un coche lo que tendrá de esencia.

A este coche del ser hay que inutilizarlo
con desgaste y se sacan las piezas
en temporizaines. Así roban del ser-vehicular
lo que tiene valioso, el ser entero,
así lo botan, en la sustancia
y en el sentido
para que no haya evidencia
de que fue robado.

Pero el ser es infinito trascenderse;
entonces, lo roban nuevamente
para que no haya éxtasis,
Dasein que sobrepase
la finitud de la existencia.

*

Extasen / Extasis

¡Ay!, se queja el maldecidor del ser beguino,
psiquis que protege lo contemplativo
y además da su defensa a los desamparados,
a los enfermos por falta de seidad,
a las mujeres, niños y ancianos
que ya no tienen nada,
ni licor ni sexo
ni inocencia ni precomprensiones
y, mucho menos,
tres momentos de «éxtasis»
para seguir viviendo,
tres orgasmos o simulacros de gozo
en temporalidad de su mundo.

Acontece que el robo y la opresión
han subvertido el presente,
lo mejor y perpetuo de posibles momentos.
Ni pasado ni futuro advinieron
como un «estar(se) fuera» originario.

«¡Ay!», dice el que odia a la Nada
y no cree en Tres Momentos
que salvan y autentifican al ser.

*

Me gustan las beguinas

>blockquote>«Al noble amor / me he dado por completo /
pierda o gane / todo es suyo en cualquier caso. /
¿Qué me ha sucedido / que ya no estoy en mí?»

Hadewych de Amberes
Sólo las que son como aquellas amorosas
que aman el amor, el Noble Amor del Ser
y, en cada caso, lo cuidan, lo activan
y lo salvan porque lo llaman
Trascenderse infinito.
Infinito Existencializarse.
Me gustan las que se mantienen
libres para estarse en la carne
y en el trabajo, porque no son mustias,
muinas, babiecas ñoñas,
sin sustancia, organizan el tiempo,
se riñen con el desamparo
y mientras asoma
el sobrepaso del Dasein
y llega el momento de casarse,
en trascendencia inmanente
temporan, conspiran
su presente
y forjan la historia infinita
con su deterninarse
porque el tiempo está lleno de pasado
y cada pasado fue un proyecto
de futuro, afán de amor
vivido, arrancado,
aunque haya estado prohibido,
oculto, robado, suvertido
en la Nada.

*

Las ninfas de Magdeburgo

a Matilde de Magdeburgo(1207-1282)
Como la luz que fluye de la Divinidad
fue el haldear de Matilde,
ninfa beguina, mi amadea, mística herejética
de amor por los campps de Helfta.
Laica en solutos de lo cotidiano,
hermosa y divina por la voz de su Cura,
voz sin intermediarios para activar la angustia
en la mundanidad y revelar la Nada
sin la cual la muerte no se desoculta.

Como la luz que fluye de la divinidad,
pido sexo, progenie, éxtasis
de la Vasija Existenciaria,
pido vino y pan de sentido
y contra la dispersión humana,
sean mis amadas quienes restauren
e iluminen, que yo me aferro a sus piernas,
me arrastro como serpiente
que mordería el tobillo de su curioso paso
en la canción de Eurídice,
canción del rapto de la angustia
en el Lugar oscuro.

Como luz que fluye de la divinidad
sean para mí sólidas hembras,
beguinas del Cuidado, elementales
que pisan y queman la hojarasca volatil
de las cosas y liberan el sentido infinito
submitido en la ofrenda,
lo que en mi vida queman.

*

Así trovo el amor de las beguinas

Trovo sobre el cuerpo prismático
de una hembra viviente, meridiana,
filtro de posibilidades, y pido que sea
en María de Oignies,
cuando la ame, pero ya trovo.

Trovo en honra de Juliana de Lieja
y cuando me sirva
con sus siete grados de amor,
más la trovo como si de Beatriz de Nazaret
se tratara o de Matilde en Magdeburgo.

Ninfas que de mis manos y mi boca
han besado la angustia y palabras inmóviles,
háganlas caricias, ahora que froto
sus muslos y trovo un penacho
de amparo de pantorrillas firme como tronos
o columnas hacia el cielo
y humedézcanlas en sus vulvas.

Trovo con mis manos cuando las acaricio
y, entonces, compártanme el éxtasis
con el sentido incomparable
de la plenitud.

29-6-2001

*

Excluida del habla

a Margarita Porete (1250-1310), quemada
en la hoguera en 1310, autora de
Mirouer des simples ames anienties
No es que haya una Nada o inexistencia.
Ni que el alma simple deje todo, incluso la razón
o que la angustia es tan inmoral e insensible
que el alma tuvo que ser llamada a aniquilarse
y tal es la forma en que Dios se expresa
o toca a quien lo ama.

En la angustia, está el espejo de las cosas
y todo lo que el mundo es, así el obispo de Châlons
lo quiere, un mundo de cosas entre cosas
y casi siempre el hombre / la mujer /
el creyente perdido en jerarquías,
ufano en tales cosas, y preocupado
por las cosas que son y no son
mas nunca dejarán de ser
(«¿Por qué esta cosa y no otra?,
¿por qué tengo que perseguir un fin antes que otro?,
¿por qué no hay algo y no nada?») y llegas tú,
Margarita, majadera, puta hereje bigarda,
con tu manual de mística directa con Dios,
sin discretio spirituum./ distinctione verarum /
visionum a falsis /
y miras más al Espejo
(al sentido que está en el futuro
de un alma simple, la tuya)
que a lo que el mundo dice
con sus cosas, con sus Obispos
y sus Papados.

En consecuencia, Châlons ha tenido
que acusarte de herejía, y se quemó
tu manual Speculum simplicium animarum
y la Inquisición te condena al fuego
el 31 de mayo.

*

El hombre profundo

«Angst reveals nothingness»:
Martin Heidegger
Venga la Rescatadora, coz-de-mula,
solemne patea-culos, castigadora.
Hunda su lengua profunda
en el ser-radical / que alguna vez tuvimos
y cuyo modo de ser se rehuye,
venga ella, la que vela como Dasein
y no como un ente más
(Zu) (Vor-handensein), y que nos despierte
al habla, aunque sea con cosquillas
porque estamos dormidos,
amodorrados en vida.

Venga la aguafiestas del contentamiento
y defina a sus amados, sáquelo fuera
y que no sean meros entes intramundanos,
no dentro. Quiéralos fuera.
aunque nos ofendamos y diga quiénes
son seres-en-el-mundo, vivos y fuera,
dentro y juntos a lo valioso
para que la Señora Angst los coteje,
los meta en el anticiparse
hasta la muerte.

Sólo así serán hombres de veras,
aguantones, valientes, ambiciosos
ante el rostro del Sentido Originario.

*

La solicitud del Decaer

Con ls solicitud / Fürsorge / la emoción
se arrisca en la caída, pero la angustia
redime lo que reclama
su procuración en la pérdida.
Venga el solicitado por la crisis,
por la ausencia
de veraz sentido de existencia.
Detenga el trámite de pretender
salir al mundo sin que ésto pueda.
Siempre ya se está arrojado en él
y no puede no ser lo que es:

Seres anónimos, irrecuperados
por la mucha servidumbre a la remisión
de su arrojamiento,
a las preocupaciones,
a ;as tareas de su hacer por ser
a la tontez de las esperas
por lo que no ha de llegar nunca,
a un ocuparse reducido
a su ser-a-la-mano (Zuhandensein),
la libertad original es otra cosa.
Es el premio y no debe temerse
aunque su nombre, su esencia,
sea angustia.

No teman a la Rescatadora.
En realidad, no es beguina fea.
No tiene otra cosa que mood.
Es la Nada que incide en todo,
el todo que incide
con angustia.

*

Platghalter / Lugarteniente

Quien no ha hallado aún su permanencia luminosa,
que no se diga el amo, ni Comandante
de las Grandes Potencias.
0scuro Platghalter, lugarteniente es de la Nada.
Que todavía no hable del Lógos heracliatiano,
apenas juega como niñito tonto sobre la fysis,
cáscaras del huevo de la vida, kósmos de arrugas
del viejo-abuelo-mundo,
aún no sane aquello no dicho,
que llamamos Destino.

Pero sospecho que el Anciano de los Días
el Abuelo Aióon de lo Existente es querendón,
no como los pintan, como eterno 'jronos' / ogro que niega
cuatridimensiones kairóticas, enigmático ser
que no tira la bola con la que el niño juega.

Aióon devora. Que es monstruoso y mezquino.
Que quiere para si todo lo que es,
que para sí lo sujeta en su sujeto
que para sí deposita la potencia del Ser
y en su banco estomacal la disuelve
para que no exista objetividad que disfrute
el otro, su familia, su comundo.

13-12-2002

Aióon / Destino del Ser

¡Ay!, lamentadores del contratiempo implosivo
porque salen vomitados ante del nidaje
y caídos del estómago saturnal de las infinitudes
se amarran al terror, se quedan ilusos
en fantasmagoría,
le niegan a la Radiancia su oportuno reposo
y a todo lo decretan Cuerpo / Espacio / Tumba.
soma-sema, sema-soma.
O carga baldía, tu bestia entonces,
o fardo pesado, tu vida.
Y yo el abuelo malo, anciano de los días.
Ogro de la sombra.

10-09-2002

Zorro fecundo y pez de fuego

a Juan Mari Bras, patriota puertorriqueño

Desde niño
por decencia de mis años
y el soluto,
por nostalgia de la luz sagrada
que en tu voz y en tu presencia se preservan
por los siglos,
te busqué en las calles y en las marchas,
en ríos de piedras, en Claridad,
en noches de ojos y oídos nutricios y abiertos.
Te predije donde está la tarea
de los sabios desocultadores,
los poetas antes y después
del Gran Crepúsculo.

Contigo se progresa con fiereza
y el corazón se vuelve grande como el tuyo
y se crece con ambición de libertad patria
e internacionalismo.
Redefiníste para mí el espíritu y la bestia
(la menos sumisa de las panteras eres,
el más bello de los tigres de la aurora:
padre salvaje, sol de la patria);
y te he respetado así, Juan Mari,
como un lomo con músculos de estrellas,
el instinto que enriquece cada instante,
el escudo contra golpes blasfemos y viles
en la sombra, lámpara y faro
que aceita adrenalina en los hijos desorientados
de este pueblo que resiste, puja y sobrepuja.

Has preparado a la nación para la marcha,
al pueblo que encuentra el dolor amenazante
y se estremece, aún cuando enseñas
a transmutar la fe, ilusiones y esperanzas,
en algo más que sobrevivirse,
en lento, inquieto y duro espasmo.
Lo que no siempre se supo agradecerte.

Te busqué desde niño
porque fuíste la energía de las manos
veloces y hacendosas, la construcción
más noble del valiente.

Mi adolescencia devino a las horas de estampida
y en las jaulas del estadolibrismo
echaste mucho del sol remanente, el alba en rojo.
Por eso, agua fresca he bebido de tus verbos,
no con jaurías que fácilmente
se ufanan por prebendas y colonial triunfalismo.
Cuido tus caminos, protejo con celo
tu nombre y tu ejemplo...

En territorios de gesticulación oprobiosa
se habló de referéndum y en decadentes cuitas,
sin sustancia, de Alianza para el Progreso
y panamericanismo, ya sabes, ganapanes
de las satrapías, medianeros, arribistas...
que mencionaron tu nombre con desprecio.

¡Qué poco sabrían sobre tí, los truhuanes,
de tí, Zorro fecundo y pez de fuego!
que eres el alimento
más allá de los símbolos vulgares,
el pan más sabroso, casabe honesto.

Aún, mi generación se adeuda
con tu vida; mis huesos han crecido
con la consigna de alabar tu nombre.

Bendito sean los zorros de tu complexión
y cría y los jilgueros que madrugan
sin canto tenebroso y cantan la militancia
de tu movimiento, sin claudicaciones.

Bendita sea la nación que,
por verdad, origina las bestias con olfato
y la grandeza de tu felina estirpe.

No te hallé ni un solo instante cruzado de brazos.
No supíste que sería vivir indiferente.
¿De qué esencia suprema fueron tus costillas?
Que las mías han querido ser
un mínimo virtuoso de las tuyas.

¿Qué engramas con tus pistas gloriosas dejaste?
... que en todas tus pisadas veo los caminos nuevos
y las huellas para el buen hallazgo.

Contigo tiemblan los endriagos del colonialismo.
Contigo se expone el imperio en sus miserias
y depredaciones en cada nación que sueña
su destino soberano, su vocación
de justicia y permanencia.

... pero tú, camino viviente, aún si murieras,
sobrevives. Estarás en la mejana de mis días
sin borrarte, sin hojarascas o marañas que te cubran.
Me enriqueces como un sueño militante
en ríos de piedras, en claridad de sendero,
y en ojos y oídos, atentos y nutricios.

*

Para tejer existencialidad

Si tejeré el destino, si sostendré la Rueca
si he de voltear el Huso de los usos,
sea yo quen cazo, la cazadora
de todas las cosas vivas.
Que sea yo quien deprede lo mío,
promesa de las vibraciones,
que sea vida lo que se mueva,
que vibre y no esté inerte.
La promesa de vibración infinita que sea mi Alimento
y mi sentido y el sentido ocuto del Aioón.

Cuando vaya de caza por mis presas,
prométeme control, dáme fe en mis redes
y si mi alimento es arduo de atrapar para mi consumo,
que mi fe sea veneno neutralizador
y que mi arma mayor sea la seda
como trampa pegajosa.

Cuando el macho quiera fecundarme
que lo preanunce con juegos prenupciales
y seré receptiva, ojalá de mí apredan
las hembras de los hombres.

¡Ay, madre de la noche! Dáme olfato de vida
y olor de vida y habilidad para diastinguir
quien es la presa o enemigo
o el macho que vine a fecundar mis aperturas
genitales y bendecir con su gota de perpetuidad,
su líquido espermático. A ésto llamaré
Fiducia promissioni.

10-09-2002

Lamia y el Estado

Descrita, empero, como subversiva,
mi conducta fue simple, que llamé
a los que pude y me creyeran.

Dije: 'es posible dirigir las propias vidas',
'se te puede ver en tu hermosura
sin que tengas que vivir en escondite'.

Tú eres, para mí, una vírgen serpentina,
cueva de gnomos, tesoro bajo tierra,
autogestión de quien busca su Luna,
vínculos que armonicen con la Tierra nutricia.

Tú eras Sybaris, Ix Tab, tú eras lo Oculto
eternamente bueno, el sub-divo generoso
que no se reducirá jamás
a la autoridad institucionalizada.

2. Endiosada, por dueños del Estado

En la economía totalitaria posmoderna.
ahora, aún así, enferma de mundo,
llegaste, Lamia, alcahueta de no sé
qué otros demonios.

Me rodeaste de sicarios que vigilan y controlan,
pusíste en tu servicio a todos
como Guardias, Ejércitos, Gendarmes,
artífices de falanges y crímenes.

Aunciaste oficio de martirio, rutinario,
me llevaste a una cama de hambre,
y podredumbre, me envolvíste en colcha
de lujuria que no cesa ni en publicidades.

Me raptaste los ojos y el descanso.
Me negaste el uso de espacio.
Un aparato de controles y trámites
lo llamaste mi mundo, Existencialidad.

Lo hiciste mi estado de vigilia.
Desde entonces, Lamia, no te amo.

*

Materialidad / Sachheit

Tomada en su contenido material, la fenomenología es a ciencia del ser del ente: ontología: Martin Heidegger
Un conocer que tan sólo percibe
te hizo criada, fregona, gata,
cenicienta en la cocina del espacio.

Eres y has sido princesa / virgen
y hoy eres hija de la madre desvirtuada.
Te han dado el rincón y la pocilga
y tenías reino, no lecho inmundo.

Han llamado color a tus olores
y a tus montañas más verdes, las fronteras.
Han aparcelado tus aguas y tus mares.
Buscan secarte y mal beberte.

Te han desmundanizado para que seas esclava.
¿Pero dónde estuvíste antes de ser vestida
con la coseidad natural de tu deshonra?

¿Por qué te ofenderá tal coseidad con su descaro
si eres y has de ser mi canto, el designio soberano
de todo lo que es recíproco y cimero?

La intercedencia de tus opresores te dio nombre
que no necesitabas, ¿pero qué culpa tienes tú
que te oyes clara, inteligible, sonora
en el amor de las moléculas?

¿Qué horror se te sospecha?
¿Qué justifica lo que han hecho con tu cuerpo
cuando, aún percibiéndote, concreta y vasta,
te esconden entre calderos y fogones?

7-3-1974

Primacía de las manos

La pregunta por el Ser incluye necesariamente la fundamentación de la existencia humana: Martin Heidegger
Yo sé por qué existen las manos.
Algo debe ser recogido: una semilla
atrapándose el anhelo y palpándose
así, con celo y tibieza de secreto.

Algo será el ahí al qué aferrarnos,
ahí que toca fondo con ahínco,
con manos salvadoras de apretura
como tronco de auxilio al naufragante.

Una semilla sintetiza el milagro
y las manos dan la estructura de refugio
en las tormenta de los días,
en el tacto cotidiano, intramundano.

Yo sé por qué el abrazo es dulce
aún en los paisajes desconocidos
y las manos, tentáculos
antes de ser trajín
y sospecha e iluminado.

7-2-1974

Ontología Dopaminal

No se entera nadie de la cosa
si el ente no se ontifica.
No se transmite lo que declara el verbo
como lujo, sin haber ontología.
La mona dopa;
la dopa, mina.

A menos que esa mina misteriosa
se vuelva excitatoria por oficio,
se ignora la palabra, lo animal fracasa.

La mina es una ruta mensajera
que no lleva a la plaza; pero, sí, se desnuda,
se lanza, se regala, sin inhibiciones,
ahí donde está tu más vieja cobija,
tu subjetiva tienda de trastos a la mano,
tus buenos ojos para la bagatela,
tu incial movimiento para pecar de vida
y surtir tus solutos
e inventar el beso
que todo lo nombra en la carne y en las ansias
y lo santigua en mundarro y zorro hueso.

El trajín es el drama de las cosas
y la dopa es monodrama cotidiano.
Quien nos oye y nos habla saldrá de la penumbra
y la sustancia negra de los sesos,
¡ay, como una mina, ay como una dopa!

Aún así, las palabras requieren ser oídas
más allá de la bioquímica,
secas del amargo ahí,
porque aún la mina entristece
como neura incolora
y llora el tango y se va, se aburre
y no hay canciones ni placeres, si se va,
¡se muere Mina, mina se dopa!

2-16-1997

La selva oscura: la erranza

Si el yo es una determinación del Dasein, entonces debe ser interpretada existencialmente: Martin Heidegger
A mitad del camino de la vida,
hallé la erranza, selva oscura.
Una que pudo ser un monte de palabras,
una casa en el soluto de temporizaciones.

Bajé al desfiladero creyéndome
un viajero de Florencia y poco menos que dios.
En algún instante santo y pío,
soldado mortificado por las muchas miserias.

El lobo que en la estepa aúlla
e imagina su Ultratumba por capricho.
Añora el cielo purificador
y las danzas con Beatriz,
la ninfa del estero.

En algún paraíso la quise hallar,
añorándola también como los viejos zorros.
¿Dónde fui por quererla con incrédulas palabras?
Allá, donde aún se lamenta y se adeuda certidumbre,
donde el clamor se vuelve salvación y rito.

6-12-1978

Estoicismo verdadero

El lenguaje da camino y sendero a todo querer considerar. Es dimensión inicial dentro de la cual la esencia humana puede ante todo corresponder al Ser y a su interpelación: Martin Heidegger
Siento, porque no siempre creo,
el hambre de ser, y debo asegurarme
que no prevalezca un mundo dividido, el odio,
el afán de homicidio.

Siento la victoria del estocismo verdadero,
admisión de contradicciones, sin que sea
no vivible el mundo, y pueda el hombre y su vecino
y yo, con él, siendo pueblo, plasmar
lo que se llaman las naciones, identidades colectivas
que el amor construye sin iras destituyentes.

Siento el hambre de ser con causa revelante.
El mundo del habla da sentido, vincula, corrije.
Lo necesario se revela, a veces pausa,
y la carne es buena, cuando vive en el concilio
del espíritu, no en sombras de cavernas
ni sacerdotes vitalicios.
No con cuchillo de nacom
o sacrificio humano.

2-20-1980

Zozobra, temor

Digo, por lo mismo, que primero sepultemos el miedo,
la ambiguedad, la ocultación, la haraganería
que sustituye al pensamiento, al habla,
a lo dialógico, al trabajo.

Lo necesario para ir hacia ese lado superior
del ser está a la mano. Lo que se pueda llegar a ser,
digamos que es posible, empujar con el quehacer generoso
no digamos lo perfecto, lo vivible tan sólo,
el optimismo, vayámoslo ya sintiendo,
no en creencias que se diluyan
en sumideros; sintámoslo como el comienzo
de cada querer considerar, el lenguaje.

2-20-1980


El culto al terror

Más fuerte, indeseado, putrefacto,
viene el tracio, el puño de los opresores,
ideólogo del control manipulante;
más reprimido en sí para subir a la garganta
y hacerse la canción de fortaleza
o de dolor profundo.

El culto al terror adviene.
La desdicha está pidiendo su corona.
Un cáncer de emociones contenidas,
un estanque con hervores de hostilidad
y de fracaso interno: éste es el dolor
que no puede potenciarse, física manifestación
sin recepción, sin bienvenida en péptido
con alas curadoras, endorfina que lo diluya.
Mensajero que lo traiga a redenciones.

Más fuertemente atado
viene el enfermo que no quiere curarse,
el temeroso de sus propios miedos,
el tullido en la raíz, su mente egoica,
primitivizada por extrema ansiedad
y justificaciones.

*

El Inestante

Martin Heidegger
Por eso están sin progreso
las sendas de las rías, a oscura el obreraje
y los riachuelos turbios.
El capataz no es un igual ni puede serlo.
Hombre de confianza no es, ni solidario.
Es alguacil de hoz, el Inestante,
el presente canijo, el funcionario.

Uno es que repite el evangelio
de los entes redimidos por contrato.
La voz representada del Gran Dueño
es Don Nadie, el traidor.
El original extenderse del destino sigue oculto.

*

Zuhandenheit

En 1540, en brasa de tormento,
me habían quemado vivo. De mí
no quedó ni dominguillo con que espantar
la muerte y la colonia; pero en la Nueva Granada
los yalcones me lloraron y, como yo,
serían rebeldes, cimeros, indomables.

El procurado Zuhandenheit se armó
de la congruencia, de la solicitud
de lo aún no hallado: su heroísmo.
De turno, inesperadamente, fui el héroe
del Gran No, conciencia del destino.

Pedro de Añasco no tuvo tanta suerte.
Fue sedimento sin recuerdo
en el fondo del pantano. Quisieron
repartir mi pueblo en encomiendas
como útiles de oprobio,
como cosas y esclavos.

¡Pero no somos eso!
¡Somos gentes, Bewantnis
yalcones, zorros viejos, carajo!

3-12-1977

*

Carroña en los campos de Gestell

Todavía quiero mi subjetividad, dígase
que es mi único presente,
el hoy concreto que encarno
en el otero oscuro.

Un perro que no quiere la cadena
ni ser golpeado cuando le dan mendrugos.

Aspiro no sólo a porvenir ni a sabe qué
proyecto secular... quiero mi espacio
Mi claro, mi tierra, mi yo.
Mi noosfera.
Mi zorro bueno.

Exhalo este suspiro ardiente de necesidad.
En el horno de la Naturaleza, mis pies que arden
en suplicio tengo, lengua que gime
porque no está al margen de la causalidad
y tendido está el yo de estantería,
tan malcontento.

Sociedad quiero, historia social;
referente en qué vengar o redimir
esta moral sin moral,
metafísica de caníbales inmundos,
analfabestias
de la insecularizable Gracia de mi Yo.

Del trayecto del amor y la entropía,
son tránsfugas. De la necesidad de libertad
no toman consciencia. De la necesidad incomprendida,
su carroña comen, porque son hienas de quien,
como yo, va herido, mordido
por los límites morales,
por lo arcaico que siempre dice SI,
por el medio-ecológico que se vuelve Soporte
y esqueleto de la necesidad.

Todavía quiero mi búsqueda, dígase
que es el único rescate de Mí Mismo
cuando se cansa el corazón de esperar
(en medio de la existencia degradada,
obliterante, banal, hombre y mundo
que jamás se concilian).

Entonces, la paciencia es un juego de torturas
del Gran Titiritero, el Uno, el Se,
Don Nadie / Das Man / el mundo
y el Yo, carroña, en los campos del Gestell.

08-12-1986


* * *

CONTINUA / Parte Tres:
Herramientas terapéuticas


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Textos de «Heideggerianas» y aproximación de Carlos López Dzur a Martin Heidegger / Sequoyah 39 / Dedicado a Heidegger / Espionjae / Heideggerianas / Las palabras / Parte 1 / Heideggerianas / Parte 3 / A Máximo Gorki, de Carlos López Dzur / Ocho poemas de «El hombre extendido» / Cuarta parte: Consolaciones de Agar / Estéticas mostrencas y vitales / Proyecto Constitucional Puertorriqueño para la Reforma de su Administración / Estéticas mostrencas / Prensa vendida y anestesiada / Poetas del Siglo 21


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